BARCELONA
- Jessica Fernandes
- 5 may 2018
- 2 Min. de lectura
Una vez más, fui a Barcelona a visitar mi mejor amiga Patricia que está ahí haciendo practicas. Digo una vez más ya que en 2015 fui ahí por el mismo motivo, además de tener ganas de conocer la ciudad.


Esta vez fue más tranquila, ya que conocía gran parte de la ciudad y que tenía 5 días para disfrutar de todo (¡gracias festivos!). Si tenia que resumir mi estancia en 4 palabras: paseos, fotografías, comida y bebida (lo que no me parece nada mal).



Pienso que fui a casi todos los lugares más turísticos pero también a otros lugares un poco desconocidos. Fui al National, un espacio enorme con muchos restaurantes y bares que se pusieron de moda, durante mi paseo por el Paseig de Gracia. Luego, fuimos al barrio de Gracia, bastante pintoresco, con calles que me parecían las calles de Andalucía, llenas de colores y de tradición, donde la gente es bastante más simpática. Comimos en un restaurante japonés y fuimos a ver la puesta del sol en el Bunker del Carmel con unas cervezas fresquitas.



También fuimos al Arc del Triomf, caminamos por las calles (donde me enamoré por cada edificio que cruzábamos - una nueva pasión) hasta llegar a la Sagrada Familia (demasiada gente y en construcción pero siempre impresionante). No me olvidé de la típica Rambla y del mercado de la Boqueria donde probé un zumo, acompañado por una empanada argentina de la Fabrica (hay que probarlas si te vas a BCN, son increíbles y tienes muchos sabores diferentes). Y de postre hay que comer los cinnamon rolls de Demasie.



Lo que más me gusto fueron barrios del Gótico y del Born, pero sobretodo los Jardins de Mossen Costa I Llobera, un lugar donde fuimos de bicicleta y que es bastante secreto en la ciudad, parecido con un pequeño desierto lleno de cactus.



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